Proyecto y producto
"No es sobre las ideas. Sino sobre hacer que estas se vuelvan realidad" - Scott Belsky
Dos amigas se encuentran compartiendo cervezas en la azotea de un edificio de en el sector alto de su ciudad, es un encuentro que tenían pendientes desde hace meses, pero sus jornadas extensas no les dejaban concretar.
Ambas son informáticas, pero trabajan en lugares distintos. Jay es jefe de proyectos en un banco, Bee es backend en una big tech internacional. Inevitablemente en algún momento hablan de sus trabajos.
Jay le cuenta que lleva dos años trabajando en el proyecto de gestión de cobros a futuros colonos de Marte, GesCobFuCoM, o como le dicen cariñosamente en el banco, aunque nunca frente a los jefes, “Marcianeke”.
Bee, por otro lado, le cuenta que trabaja en el equipo de cálculo de rutas óptimas para la app de logística. Con sus compañeros se encargan de algunos micro servicios de soporte de la app usada por repartidores y flotas de camiones.
Jay no ha escrito una línea de código en años, Bee lo hace casi todos los días, sin embargo, ambas gestionan proyectos en su quehacer diario. ¿Cómo es posible?
Claramente, hay formas distintas de organizar las empresas. Pero en lo profundo hay concepciones y comprensiones distintas de lo que significa desarrollar software.
Muchas de las ideas que vimos antes sobre la definición de proyecto y que promueve el PMI, vienen de la tradición.
Recordemos la definición: “proyecto es un esfuerzo temporal que tiene como objetivo crear un producto o servicio o resultado único.”
Si algo es permanente, ya deja de ser proyecto. Un proyecto por definición debe ser temporal, puede durar pocos días, o algunos años, pero no está pensado para durar indefinidamente, como ocurre con un producto.
No sabemos qué pasa con el “proyecto” que menciona Jay, ¿es que llevan aún dos años y todavía no lo entregan? ¿O simplemente le dicen así por qué es la costumbre?
Por otro lado, Bee gestiona proyectos todo el tiempo, porque si bien ella trabaja en una parte específica de lo que puede ser un producto mayor, cada cierto tiempo deben abordar proyectos específicos para mejorar su producto.
Por ejemplo, puede que decidan adaptar un algoritmo de Machine Learning.
Veamos este diagrama:
Esta es una de las infinitas formas en que puede desarrollarse producto. Como pueden apreciar durante el ciclo de vida de un producto se pueden suceder varios proyectos. Y esa distinción tan simple es muchas veces ignorada, por la tradición o porque muchos informáticos han sido (mal) formados en estos conceptos.
Ahora que he introducido a estas dos amigas, vamos a conocer, en los próximos artículos, un poco más de ellas y veremos los desafíos que encuentran cada una, porque la vida no es fácil para quienes nos dedicamos a desarrollar software.
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Continuamos el jueves.