Motivar
Hay grandes discursos, esos que motivan a naciones enteras, como el mensaje de Churchill a la Cámara de los Comunes en mayo de 1940, de donde viene esa famosa frase: “No tengo nada más que ofrecer que sangre, esfuerzo, lágrimas y sudor.”
A mi me gusta mucho el que Kennedy pronunció en la Universidad de Rice en 1962, el famoso discurso donde dice ““Escoge…
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