Se “filtró” LLAMA, el modelo de lenguaje de Facebook, hoy se distribuye a través torrents, en un incidente extraño, curioso, raro.
Quizás Mark Zuckerberg no quiere quedarse atrás en esta carrera loca por ser el que dominio el espacio de los chats conversacionales “inteligentes”, y ha decidido proceder de una forma más encubierta.
A lo mejor es para no aparecer como rezagados, después de todo la afirmación es poderosa: nuestro modelo tiene menos parámetros que GPT-3, pero es igual de poderoso.
De Apple no se sabe nada. ¿Sorprenderán con mejoras a Siri este año?
Estamos en presencia de una guerra abierta entre Microsoft y Google por el dominio de las IA conversacionales. Sospecho que no será tan exitoso en el mundo de la búsqueda.
Google tiene mucho que perder por el impacto en la auto canibalización que produce incorporar la respuesta directa en el chat. Verán, si pides una receta de cocina y la respuesta de la cocina sale en el chat, dejas de visitar a muchos sitios que hoy está pagando por estar en la búsqueda. A Microsoft eso no le importa mucho por ahora, porque tiene una participación muy pequeña en el mercado de buscadores, y quiere posicionarse más alto, ya verán después cómo capitalizan eso. Es por esto que varios estamos preocupados por el efecto negativo que puede provocar esta guerra de buscadores.
Por otro lado, el incorporar estos chats en herramientas de ofimática o en la automatización de procesos sí tiene todo el sentido del mundo, ahí lo mejor que puede hacer Microsoft es apurar su integración en Office, con lo que logrará sorprendentes resultados, quizás más que con Bing. Lo mismo puede pasar con Google G Suite (o como se llame hoy).
Y ¿para qué querría Facebook algo como LLAMA?
No quiero pensar mal, pero espero que no se use promover más fake news, pero me cuesta confiar en Mark Zuckerberg, después de todo fue el hombre que dijo:
«Si alguna vez necesitas información sobre alguien en Harvard, solo tienes que pedírmela. Tengo más de 4.000 correos electrónicos, fotos y direcciones. La gente me las ha dado sin más. No sé por qué. «Confían en mí.» ¡Qué imbéciles!» -- cita tomada del libro Los Millonarios del Bitcoin, de Ben Mezrich.