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Muchos huyen de Twitter porque ya no la soportan. Admitamos que desde la adquisición por parte de Elon Musk las cosas han empeorado. Así que buscan con desesperación la nueva red social a donde migrar, una donde no haya acoso, odio, gente que reparta noticias falsas, ni troles que empiecen peleas por puro placer.
¿Y si la alternativa fuera otra? ¿Qué tal si en vez de migrar de redes sociales, dejas las redes sociales de una vez?
No se trata de migrar, se trata de eliminar. Se trata de salirse de todas las redes sociales y empezar a socializar de verdad.
Seamos sinceros, las redes sociales nunca se trataron de hacer amistad. Esa nunca fue su finalidad.
Las redes sociales son la hoguera de las vanidades, o el campo de batalla. De socializar nada. Son emprendimientos para poder captar tu atención, observar tu comportamiento, construir un perfil de tus gustos y venderlo en el mercado en forma de publicidad dirigida. Solamente existen para absorber tu tiempo, cargarte de dopamina y sorberte el coco. Y eso afecta tu productividad, y tu ánimo.
Pero eliminar las apps de redes sociales ayuda mucho a ganar tiempo, y recuperar tu productividad. Sobre todo el sacarlas del móvil. Si ustedes ven el documental “El Dilema de las Redes Sociales” (está en Netflix) comprenderán a que me refiero. El movimiento del dedo al pasar de una historia a otra, la cercanía del aparato, y todo está diseñado por expertos en comportamiento humano, para asegurar de que te quedes pegado el mayor tiempo posible.
En el PC es más fácil enfocarse, pero al tomar una tablet o un teléfono tu mente asocia la postura a relajo y consumo, porque eso es lo que hacemos principalmente con estos dispositivos. Y por eso nos atrapan. Al punto que perdemos mucho tiempo, y nos ganamos cabreos, a cambio de un poco de recompensa en dopamina.
Quizás por eso mucha gente ahora absorbe los Reels de Instagram o pasa pegada hora a TikTok. Son el verdadero Soma del que hablaba Aldous Huxley.
Dejar las redes sociales no es fácil. Les comparto la estrategia que estoy implementando. Primero voy a eliminar todas estas apps de redes sociales de mi celular. Ya lo hice hace casi dos años eliminado Facebook, solo me queda dar el siguiente paso. Conservaré, por ahora, las aplicaciones de mensajería con las que comparto con amigos y familia. Porque esas son las redes sociales que me interesan.
No me estoy saliendo de las redes aún, las cuentas seguirá activas, solo que mi participación en ellas será muy ocasional, porque el simple hecho de que me tomará más trabajo entrar en estas. Lo que estoy haciendo es ponerles fricción, que es una de las maneras de dejar los malos hábitos. Eventualmente, las redes sociales tendrán un fin, una muerta lenta, serán abandonadas, en algún punto intermedio de su agonía yo estaré fuera.
Mi espacio está en lo que algunos llaman la “Cozy Web”. Así que si te gusta lo que escribo y quieres conversar conmigo puedes suscribirte a este newsletter. Es la forma que he decidido para sostener mi presencia digital.
Quizás sientan que estoy exagerando, pero les sugiero revisar cuanto tiempo pasan absortos a sus celulares y cuanto de ese tiempo es pasearse por Reels e historias de TikTok. Pregunten cómo les afecta cada vez que les dan like a una foto que comparten. Y cuanto estrés o ansiedad les provoca discutir con alguien en Twitter o Facebook.
Es hora de dejar la droga digital y socializar de verdad.
El fin de las redes sociales
¡Buenos tips! Por acá empecé a usar https://github.com/caarlos0/twitter-cleaner para irme alejando de twitter. Los likes importan menos si van a ser pasajeros. Al final tampoco es que se haya usado mucho la historia de tweets, al menos los humanos (excepto para ponernos a pelear por algo que alguien dijo hace un tiempo atrás). Las máquinas usan la historia pero para cosas que no suelen ir a favor nuestro.
Y sin embargo esa esa historia es una razón para no salirse. Confieso que me costó apretar el botón para borrarla.
A los dos segundos de eliminar Twitter exclamé “¡qué hice!”